
Te conseguí la luz del sol a medianoche Y el número después del infinito, E instalé la Osa Mayor en tu diadema Y tú seguías ahí como si nada; Endulcé el agua del mar para tu sed, Te alquilé un cuarto menguante de la luna, Y como buen perdedor busqué en la cama Las cosas que el amor no resolvía.
Y cómo duele que estés tan lejos Durmiendo aqui en la misma cama; Cómo duele tanta distancia, Aunque te escucho respirar Y estás a cientos de kilómetros Y duele quererte tanto, Fingir que todo está perfecto Mientras duele gastar la vida Tratando de localizar Lo que hace tiempo se perdió...
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